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lunes, 13 de febrero de 2012

Más de Ordóñez

Todo apunta a que las denuncias que Ramiro Bejarano hizo sobre la corrupción de Alejandro Oróñez, ese aborto de la Inquisición, que está capando manicomio siendo la cabeza de la Procuraduría General de la Nación, se quedaron cortas.

Ahora María Jimena Duzán trae más:

martes, 8 de marzo de 2011

Yo voto por...

Hoy, en el Día de la Mujer, El Tiempo está llevando a cabo una encuesta para determinar cuál es la mujer más destacada por su influencia positiva en la sociedad colombiana.

Para mí, ninguna de las nominadas ha ejercido una influencia tan positiva en la sociedad colombiana (en la encuesta figuran Gilma JIménez, Piedad Córdoba y Shakira).

Mi la lista de candidatas sería otra. Mis nominadas serían:

domingo, 9 de enero de 2011

Colombia, Banana Republic: Un Charlatán en Publicaciones Semana

Parece que publicaciones Semana no se podía aguantar las ganas y tiene que seguir socavando su credibilidad.

Ya los critiqué una vez por promocionar el ReiKi en la sección de Salud, la segunda vez fue por distribuir el reportaje de Reyes Magos y hoy es porque entrevistan a un psíquico.

Igual me daría si entrevistaran a un fontanero o a un albañil, con la diferencia de que los resultados de estos honorables trabajos pueden ser verificados, comprobados y su método inquirido.

En cambio, con la entrevista al psíquico Armando Martí -quien fue protagonista de un escándalo porque había sido contratado por el entonces Fiscal General, Mario Iguarán Arana- no hay forma de saber si miente o dice la verdad. Afirma poseer un sexto sentido del que no puede aportar prueba alguna y no ofrece garantías de sus afirmaciones. De hecho, de la entrevista se destaca que afirma que su predicción se cumplió, cuando -evidente y afortunadamente- no lo hizo:
SEMANA: ¿Y qué pasó con su predicción de la segunda reelección de Uribe que no se cumplió?

A.M.:
Yo no soy dueño de la verdad. La reelección como reelección se dio, las firmas fueron aprobadas, pero la actitud del Presidente fue muy pasiva. Él pudo haber recurrido a otras cosas, pero quedó pasmado y no actuó.

He aquí un charlatán que en vez de ser puesto en ridículo por la prensa, los periodistas lo están presentando como alguien confiable con un trabajo respetable. Pues lo siento, pero ningún trabajo respetable consiste en engañar a las personas. En palabras de SKA-P, el tipo es un Casposo: un estafador con total impunidad.

Supongo que el prestigio de la casa editorial se mantiene gracias a los columnistas con que cuenta.

En una columna de opinión de esa revista, Daniel Coronell probó que las predicciones del "psíquico del búnker" no son otra cosa que pura palabrería.

María Jimena Duzán, también columnista de Semana, expresa el problema de una forma que me parece adecuada:

¿qué país serio permite que el fiscal general contrate a un psíquico para destapar la corrupción interna?

[...]

En un país serio, un psíquico como Martí no pasaría de ser un charlatán bien educado que se lucra de uno que otro incauto. En un país como Colombia donde la impunidad pesa más que el imperio de la ley, los psíquicos terminan convertidos en oráculos todopoderosos.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Cristianofobia

El filósofo nunca ha matado a un sacerdote, mientras que el sacerdote sí ha matado a muchos filósofos” – Denis Diderot

Gracias a las columnas de Daniel Coronell, María Jimena Duzán y Ramiro Bejerano, ahora sabemos que el tristemente célebre nuevo Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez es la persona menos idónea para ocupar el cargo de Procurador, en vista de que sus convicciones —¿fanatismo?— religiosas lo hacen una persona poco tolerante, como se refleja en la quema de libros de la biblioteca Gabriel Turbay que fue liderada hace unos años por el nuevo Procurador.


En dicha quema, a la vieja usanza nazi, acabó con obras que contrariaban la moral como Marx, Rousseau, García Márquez y la biblia porque no cumplía con los estándares de la Católica Apostólica Romana.

Entre otros de los —vergonzosos— hechos por los que destaca el Sr. Ordóñez es por el hecho de quitar el retrato de Francisco de Paula Santander de la Sala Plena del Consejo de Estado mientras desempeñó la función de presidente de dicho órgano.
Cuando fue entrevistado, Ordóñez dijo que lo que había en el país era “cristianofobia” y que por eso le llovían tantas críticas.

Ordóñez olvida —o a lo mejor, prefiere no hacer público que añora— que somos los librepensadores los que hemos sufrido la persecución de los convencidos religiosos y no al revés. No fuimos nosotros los que perseguimos en la Santa Inquisición, sino los perseguidos. Fue Galileo el que fue perseguido y censurado. Newton era obligado en la universidad a sostener el dogma de la ‘Santísima’ Trinidad, obligación de la que fue exonerado más tarde por el rey. La obra de Copérnico fue condenada. Erasmo de Rotterdam no aceptó ser la figura más llamativa de la Reforma cuando Lutero se lo propuso, por miedo cómo pudiera reaccionar el Vaticano.

No me he enterado del primer caso de vendedores puerta a puerta de enciclopedias, sin embargo abundan los vendedores puerta a puerta de Biblias. Cuando uno muestra cierta reticencia con respecto a sus creencias, tratan de imponerlas.

Ha sido gracias al Vaticano y las Repúblicas Islámicas que la condena a la homosexualidad todavía es discusión en las Naciones Unidas.
Gracias las palabras de la Iglesia, el uso condones se ha demonizado y con esto se han facilitado la propagación de enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados.

Así que, a lo mejor, en lo único acertado en lo que podría estar Alejandro Ordóñez es en la palabra “Cristianofobia”. Los que no queremos que nos impongan su ideología —pero no por esto buscamos imponer la nuestra— tenemos unas cuantas razones para temer a un fanático devoto en un puesto tan importante. Y ojalá ardan en el infierno todos los senadores que lo eligieron.