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miércoles, 4 de abril de 2012

Don Jodiendo

Creo que el público colombiano no está preparado para el stand up comedy. Lo mejor que podemos mostrar es esa colcha de retazos de las rutinas de los cuenteros que recopiló el bueno para nada de Andrés López y que se llama La Pelota de Letras, que no es más que una pésima caricatura que recoge los estereotipos de la sociedad colombiana y los embute en dos horas de show.

Y es que Colombia no está preparada para un humor fino, negro y crítico, sino para burlarse de una distorsionada imagen del espejo. Por eso, mientras El Pequeño Tirano trata de sobrevivir y hacerse económicamente viable, le va tan bien a esos intentos de comediante tipo José Ordóñez y Andrés López, mamarrachos sin talento que en últimas se dedican a promover la superstición, sea la idiotez de la cienciología o la fantasía cristiana. Y a ese selecto club acaba de entrar Pedro González, que se hizo famoso con el personaje de Don Jediondo:

miércoles, 26 de octubre de 2011

Andrés López, la güeva de letras

Hace algunos años vi La Pelota de Letras, único stand-up comedy que ha tenido más o menos acogida y algo de culto en la sociedad colombiana en general. En su momento me pareció graciosísima pero al volverla a ver, ha perdido su brillo, su ingenio y se reduce a unos cuantos clichés sobre el día-a-día de la vida en la sociedad colombiana. Humor cotidiano.

Con el paso del tiempo, su autor, Andrés López, me ha venido cayendo peor. Es un tipo que dicen que recopiló cientos de rutinas de los cuenteros bogotanos y las adaptó para su show. Luego me enteré de que, como buen cienciólogo, había dispuesto un ejército de abogados contra el equipo de Simón Wilches y el equipo de Parodiario -que ahora producen El Pequeño Tirano- por una sencilla burla que le hicieron -vaya con el chistoso que no quiere ser objeto de burla-.

Y con la entrevista que le dio al naciente diario Publimetro (naciente, aquí en Bogotá) terminó de caerme peor que una patada en el hígado: